viernes, 5 de marzo de 2010

Don´t stop

Dejadme que os cuente cómo ha sido todo desde que estoy de vuelta de Londres.

La misma noche de regreso, directo from the airport, tomé dirección Sor Francisca Dorotea, Sevilla, donde más de una veintena de personas celebramos tal variedad de motivos como regresar de países lejanos (y no tan lejanos), terminar los exámenes, cumpleaños atrasados y rostros vistos hace mucho.



Tras volver a la villa y ver a la familia cogí de nuevo un tren a la capital para salir de marcha con Sergio y Jesús, y la lluvia encaminó nuestra noche por donde le salió de las nubes, terminando por escapar a hurtadillas de la disco e ir a secar nuestros paraguas, nuestra pasta y nuestra sed en una tasca cualquiera de Sevilla con un rincón muy especial: el rincón de Paqui. Allí, cual hija honorífica junto a su placa (o mejor dicho, azulejo), estaba Paqui, que se había ganado cada centímetro de aquel espacio a base de mucho chinchón a lo largo de los años). De vuelta con la juventud, conocimos a Sully, un americano más joven que yo que resultó, según su Facebook y unas fotos que poco lugar daban a equívocos, estar casado.


El puente se dedicó completo a ADINUT en Mollina, y los chicos de negro pasamos así los días entre redes sociales, blogging y la amplia gama Google. Mucha buena comida, internet más bien escaso, vídeos de bailes caseros hasta la madrugada y lunes al sol.



Este finde comenzaba, como antigua costumbre, el jueves, y Sergio, Jesús y yo teníamos una cita con Sully, quien finalmente descubrimos que no estaba casado, y bebimos y reímos en versión DUAL en el Marbella hasta que nos duró la pasta. El viernes, Lola y Fernando (antiguo profesor, actual amigo) nos invitaban a Sole, Yashodhara y a mí a pasar una encantadora velada en su casa que se alargó hasta las tantas.

Y es que no hay nada como estar en casa...