Un finde expandido

Cuando muchos se doraban al sol en alguna costa española; cuando otros escogían visitar algún país europeo; cuando algunos preferían quedarse el puente en casa, Arviman optó por seguir su tónica habitual: no parar ni un minuto.

Empezando desde el mismo jueves, más de tres mil jóvenes celebrábamos el rito de todo comienzo universitario; barrilada de otoño. Nuevos caminos, nuevo entorno... Nuestro querido Charco de la Pava está en pleno proceso de obras (desde aquí le deseamos una pronta recuperación!), así que tuvimos que improvisar como pudimos allí donde se hace tres cuartas de lo mismo una vez en el año; el recinto ferial. De qué se quejan en Los Remedios??

Al día siguiente y todavía en Sevilla, cogí dirección Nervión al salir de clase con mis libros encima para asistir al estreno de Ágora. Unas entradas regaladas, unas palomitas y refrescos, cuatro amigos y yo pasamos así la noche del viernes.

Sábado tarde: luces, maquillaje, calor, una tarjeta de cuatro gigas... Ese día tocaba reportaje, y mis queridos se ofrecieron amablemente a posar para mí. ¿El resultado? Próximamente en el que es uno de mis proyectos este año: mi propia página web.

Ya de noche, lo que empezó con un retraso espantoso y parecía que iba a ser una noche chafada se tornó poco después en puro divertimento. Cervezas de terraza, vodka sobre un banco (es lo que tiene beber sentado...), música hasta altas horas... Y un vago recuerdo de cómo acabó todo.

El domingo se sentaba a desayunar conmigo mi buena y vieja amiga Resaca. Teníamos churros fríos, pero pasamos. En mi agenda estaba apuntado "Pasar el día con Raquel", mi amiga y profe de la Autoescuela San Cristobal que me ayudó a conseguir mi L. Esta joven conquense y yo nos fuimos de cervezas, tapas y ruta turística por la villa. Y tengo que admitir, que el atardecer en nuestra ermita no tiene desperdicio.

Por último el lunes ha sido muy normal. Como un domingo cualquiera, nos hemos vuelto a reunir por fin la gran familia ADINUT. Después, mis amiguitos han metido las maletas en el maletero y han partido a la ciudad. Los veré en mi próxima visita!

Y ahora, manos a la obra...