miércoles, 10 de febrero de 2010

Wicked, mi primer musical

En todas las ciudades, hay cosas que son imprescindibles que hacer: en NYC debes pasear por la 5ª y comer un perrito caliente, en París, visitar algún café y comer un buen crep. En Londres, tienes que ver un musical.

Ayer, tras meditar las diferentes opciones que esta ciudad me ofrecía, opté por descubrir en primer lugar cuántas posibilidades había de que yo me pudiera permitir ver un musical. Mi inclinación? Wicked, la misma que ponían cuando estuve en Los Angeles. Chiqui y Robert me la recomendaron, y no quise negarla una segunda vez. Así que me bajé en Victoria y fui a preguntar a las taquillas. Me convenció, así que compré mi entrada.
Más tarde fui hasta la National Portrait Gallery, y disfruté con el retrato de la reina por Andy Wharhol o ese príncipe Carlos con sus hijos por el fantástico Mario Testino. La lástima fue todos los que tienen pero no pude ver por no estar expuestos ahora. Al salir, volví a casa a cenar y ducharme. No podía retrasarme: esa noche iba a mi primer musical!


Y allí, sentado en unos asientos de primera, me contaron (y sobre todo, cantaron) una forma diferente de ver la historia de El maravilloso mago de Oz, que no era tan maravilloso, y principalmente de la bruja mala del Oeste, que no era tan mala. Nunca nos preguntamos qué razones tienen los villanos de los cuentos para ser tan villanos, y es que a veces no todo es lo que parece. Maravillosas coreografías, preciosos escenarios y unas voces... unas voces que ponen la piel de gallina.

Cuando salí del teatro con cientos de personas más, la nieve y la noche empezaban a caer sobre Londres y no podía dejar de cantar mentalmente el repertorio. Me había encantado.

1 comentario:

  1. No hay nada como liberarse de la presión para disfrutar de lo que tienes delante. Ahora la maravillosa ciudad en la que estás se te muestra como es. Ya, resignado a volver pero sin la necesidad de buscar trabajo, ves o hermoso que es cuanto te rodea, y las infinitas posibilidades que tiene.Disfrutala, ya tendrás otras oportunidades de conquistarla. Un abrazo.

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